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Balenciaga: el diseñador discreto que se llegó a creer invención

Tendencia. La periodista María Fernández-Miranda se acerca en un nuevo libro a algunos de los aspectos más personales de la vida del creador vasco, que siempre prefirió alejarse del foco mediático. «No quería que se hablara sobre él, y esto generaba tanto

ÁLEX ANDER.

Cristóbal Balenciaga no se dejaba ver en la presentación de sus colecciones. Tampoco salía del ‘backstage’ tras finalizar el evento para saludar a los compradores, invitados de postín y prensa, quienes le dedicaban aplausos desde sus asientos. De hecho, si hacemos caso a la leyenda, el diseñador vasco seguía los desfiles a través de un agujero practicado en las cortinas de terciopelo que decoraban su ‘maison’.

«Tampoco se tomaba la molestia de presentarse ante la mayoría de sus clientas cuando estas acudían a comprar a sus establecimientos de San Sebastián, Madrid, Barcelona o París, ni se prodigaba en los eventos que reunían a la flor y nata de aquella Francia en la que se instaló en 1936, huyendo de la Guerra Civil Española», apunta María FernándezMiranda, que acaba de dedicar un libro, titulado El enigma Balenciaga (Plaza & Janés), al primer modisto cuyo trabajo entró en un museo.

«No malgastes tu tiempo en sociedad», comentó una vez Balenciaga, cuyo comportamiento le valió el sobrenombre de ‘el monje de la alta costura’. Según cuenta la periodista y escritora, su hermetismo era de tal calibre que llegó a calar el rumor de que su persona no era más que una invención, una estrategia para avivar la llama del misterio que impregnaba su firma: «No quería que se hablara sobre él, y esto generaba tanto interés que se acababa hablando de él más que nunca. Podría ser algo así como lo que pasa hoy con Amancio Ortega».

El guipuzcoano consideraba que lo que importaba no era su personalidad, sino su obra. Tanto es así que solo concedió dos entrevistas en su vida, cuando ya estaba retirado: a la revista francesa Paris Match, en 1968, y al periódico inglés The Times, en 1971. El impenetrable modisto también contaba con un reducido círculo de confianza en el que estaban su clienta Sonsoles de Icaza, marquesa de Llanzol y una de las mujeres que mejor llevó sus diseños, y el diseñador Hubert de Givenchy, quien, según se apunta en el libro, trataba a Balenciaga «como si fuera el padre que nunca tuvo.

Que se sepa, Balenciaga también tuvo dos compañeros sentimentales. Del primero de ellos, el francopolaco Wladzio Jaworowski D’Attainville, la autora apunta que se convirtió en el fiel confidente y colaborador del modisto, «en el artífice de los sombreros que coronan sus creaciones para restarles seriedad y en el ideólogo de la decoración de sus casas de costura». Tras la repentina muerte de éste, el vasco empezó una relación con el navarro Ramón Esparza, quien entró en ‘la maison’ como dibujante.

Fernández-Miranda recrea en su ensayo varias escenas de la vida del maestro para entender de un vistazo su evolución profesional y tratar de descubrir su dimensión personal. En una de ellas aborda los orígenes de un hombre que venía de un entorno con limitaciones económicas (era hijo de un pescador y una costurera), que le obligó a dejar los estu- dios a una edad d temprana y que ue en 1907 fue apaadrinado por la marquesa de Casa asa Torres, quien frecuentaba el prestistigioso establecimiento de San Sebastián donde él fue contratado como aprendiz de sastre.

«En 1917 abrió su primera casa de costura, C. Balenciaga, en San Sebastián», recuerda la escritora. «Luego se asoció con las hermanas Lizaso )para fundar Balenciaga y Cia.) y ya en 1924 se estableció en solitario bajo la denominación de Cristóbal Balenciaga». Una vez exiliado, se asoció con el ingeniero Nicolás Bizcarrondo, un vecino suyo de San Sebastián con quien había compartido refugio durante los bombardeos de la Guerra Civil, para poder abrir la casa Balenciaga de París, ciudad desde la que se erigió en líder de la alta costura francesa durante las décadas de los cincuenta y sesenta.

Durante su periplo, Balenciaga se hizo amigo de modistas de la talla de Coco Chanel, con la que compartía su obsesión por la perfección de las mangas o por la comodidad de las prendas. «Balenciaga observaba la prenda desde fuera pero la construía desde dentro, de manera que lo más interesante de su trabajo está, precisamente, en lo que el ojo no ve», relata la escritora.crito «Para lograr la perfecciónperf a la que siempresiem aspiró no escatimabacat en trucos, comocom si se tratara de un prestidigitador sacandosa un conejo de la chistera. Bajo sussu faldas globo, porp ejemplo, había unau enagua y una capac de seda que ayudaban a crear volumen. En algunas chaquetas escondía un plomomo en la parte trasera, para asegurarse una buena caída».

Por los talleres de Balenciaga desfilaron actrices como Ava Gardner, que solía pasar por Chicote y luego cruzaba la calle para probarse en su salón madrileño, y aristócratas como Barbara Hutton, a la que directamente le llevaban la ropa a su lujosa suite del Hotel Ritz, en París. Y fue el encargado de diseñar el traje de novia de Fabiola de Mora y Aragón para su gran día: el de su boda con el rey Balduino de Bélgica en 1960. Según apunta en el libro la empresaria española Rosa Clará, aquella creación supuso un antes y un después en el mundo de la costura nupcial.

La llegada del ‘prêt-à-porter’ hizo que decayera el negocio del hecho a mano. El día que alguna de sus clientas le preguntó si no se animaría él también con las prendas confeccionadas en serie, Balenciaga respondió tajante: «Yo no me prostituyo». Pero lo cierto es que el creador vasco también llegó a hacer una incursión en este ámbito en 1968, cuando firmó los uniformes de las azafatas de Air France. Ese mismo año, hizo público que dejaba la moda y cerró todos sus talleres de París y de España. Solo interrumpió su retiro en 1972 para confeccionar el vestido de Carmen Martínez Bordiú, nieta del dictador Francisco Franco, de cara a su enlace matrimonial con el duque de Cádiz, Alfonso de Borbón.

Consideraba que lo que importaba no era su personalidad, sino su obra. Tanto es así que solo concedió dos entrevistas en su vida, ya retirado

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2023-12-04T08:00:00.0000000Z

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